Otra vez me encontraba allí, no sabía como lo había podido permitir, no sabía cómo tenía fuerzas para volver a ver todo aquello… cada rincón de esa casa me mataba por dentro y sin embargo, había vuelto al encuentro de cada recuerdo.
Mientras el acababa de arreglarse, yo esperaba mirando a mi alrededor, como si tuviera miedo de que en cualquier momento me apareciera un fantasma del pasado y me dijera lo que no quería oír… la verdad.
Repasaba cada rincón, cada objeto, cada detalle, era increible lo presente que tenía todo aquello a pesar del tiempo, y lo poco que había cambiado todo. Me dirigí hacia el lugar que más recordaba de aquella casa, todo seguía igual, el mismo verde claro en la cortina, la misma mesa de madera de roble, el mismo poster que tanto le gustaba, el mismo equipo de música, pero en cambio ya no había ni fotos, ni regalos, ni frases de amor, ni cartas…ya no había nada, estaba vacío todo, sentí un escalofrío por la frialdad y tristeza que me trasmitía esa habitación y algo me dijo dentro de mí, esta todo vacio, vacio como él.
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