Mil palabras se evaden en la
noche, junto a nuestras miradas antes entrelazadas,
sin quererlo nos hemos perdido,
nos hemos perdido en el camino,
bastando únicamente un descuido,
y suspiro, si suspiro,
pues sin quererlo, te he perdido.
Estaba
diferente, incluso un poco irreconocible, ella le observaba sin dar crédito a
lo que veía y poco a poco se le iba apoderando un terrible vacío. Sus palabras
sonaban diferente, su mirada ya no tenía ese brillo, incluso su sonrisa ya no
era la misma de siempre, algo había cambiado, algo le había cambiado. No era
capaz de reconocer en el, a aquella persona que creía conocer y que ahora solo
era una persona más entre la multitud. Ya no tenía esa luz que ella admiraba,
ya no le transmitía esa seguridad y confianza, ya había olvidado el efecto de
su mirada. Ella se dejo inundar por ese enorme vacío que sentía al ver que no
quedaba nada de esa persona que conoció, quizás solo había sido un espejismo
demasiado largo, quizás solo había sido un sueño muy cercano a la realidad o
quizás, simplemente, se volvió a equivocar.