Punto y aparte.

¿Sabes esa sensación que tienes cuando a pesar del tiempo sientes que estás unida a una persona?

Es una sensación inexplicable, e incluso irracional, ya que puede que hayan pasado meses o años en que no sabes nada de esa persona, pero sientes que de una manera u otra está ahí, sientes que está cerca de ti, que forma parte de tu vida, y que ella está pasando por lo mismo que tú.

De repente, un día vuelves a tener noticias de esa persona, vuelves a recordar todos los momentos vividos, y ves que ha cambiado, que ya no es la misma persona, como tú.

Las experiencias de algún modo nos cambian, sobre todo los sucesos que para nosotros son importantes y que marcan en nuestra vida un antes y un después, nosotros marcamos en nuestras vidas un punto y aparte, pero ya sabes, como en todas las historias solo se acaban cuando se marca un punto y final.

Barreras...

Con el tiempo aprendemos a construir barreras, estas poco a poco se van haciendo más gruesas e impenetrables, por miedo a que alguien consiga atravesarlas y nos hagan daño. Cada persona tiene sus barreras, acompañadas de recuerdos y experiencias pasadas que le hacen volver a experimentar lo que paso la última vez que esas barreras desaparecieron.

Estas solo pueden ser quebradas por personas importantes en nuestra vida, de una manera u otra, personas en las que empezamos a confiar, a veces incluso sin percatarnos de ello, son capaces de desdibujar esas barreras llegando a atravesarlas, y cuando queremos darnos cuenta esas barreras ya no existen para esas personas.

El día en que te conocí supe que tu atravesarías esas barreras, las reforcé a conciencia, sabiendo que aunque quería arriesgarme debía ser precavida, pero al final deje que las atravesaras y confié….Hoy estoy construyendo de nuevo esas barreras, más gruesas y altas que nunca.